Es quizás una constante del encuentro animal: cuando nos cruzamos por casualidad con un animal salvaje en el bosque, una cierva que levanta hacia nosotros la mirada, tenemos la sensación de estar recibiendo un regalo, un regalo muy especial, sin intención de dar, sin posibilidad de apropiárselo. Es lo que en fenomenología se conoce como “regalo puro”: nadie ha querido regalar y el regalo no te pertenece, puede darse a otros. Sentimos cómo nace en nuestro interior una improbable gratitud. Solo las ganas de agradecer ese imprevisto tan bello que en ese instante existe y se ofrece a la vista.

Baptiste Morizot, El rastreador

Un regalo puro es un grupo de estudio en el que trataremos de acercarnos, con delicadeza, a las formas de vida salvaje.

Decimos “grupo de estudio” porque nos gusta la idea de “grupo” y porque quizá sea la expresión que más se acerca al formato que proponemos, pero nuestra intención no es exactamente “estudiar” algo. Nuestra propuesta, más que pensar o estimular la inteligencia, es aproximarnos y celebrar la vida salvaje.

Este acercamiento se realizará, en primer lugar, a través del trabajo con un corpus de producciones culturales (novelas, diarios de viaje, creaciones artísticas, textos críticos, ensayos fílmicos, etc.) que pondremos a disposición del grupo y que exploraremos juntas en las sesiones presenciales; y, en segundo lugar, a través una serie de expediciones, en las que realizaremos trabajo de campo, guiados siempre por etólogas y rastreadoras de animales salvajes. Iremos a la montaña, dormiremos en los bosques, y esperaremos, camuflados y discretamente, el encuentro con el animal, ese “regalo puro”.